lunes, 8 de agosto de 2011

Charla introductoria


P- Antes de comenzar a leer esta sección desearía conocer: ¿Cuál es el objetivo de la rehabilitación psicológica o ayuda psicológica que ustedes brindan?
R- Casi siempre la noción que tenemos del término "rehabilitar" implica alguna ayuda externa con el fin de recuperar lo que se ha perdido o ha disminuido producto de un traumatismo o una enfermedad. Sin embargo rehabilitar no significa mejorar algo desde el exterior. Rehabilitar significa que la persona extraiga de sí lo mejor, todas sus potencialidades y su estado de perfección interna para seguir fluyendo en el río de la vida. Rehabilitar significa, ante todo, crecimiento interno.
Para entender qué es el crecimiento interno simplemente hay que mirar a un árbol. A medida que el árbol crece hacia arriba sus raíces crecen más profundamente hacia abajo, más hondo. Hay un equilibrio: cuanto más se eleva el árbol, más profundas son sus raíces. No puede existir un árbol de cincuenta metros de altura que tenga raíces pequeñas; no podrían sostener a un árbol tan grande.
En la vida, crecer significa profundizar en uno mismo: es ahí donde están las raíces. La falta de esas raíces profundas son las causas fundamentales del sufrimiento, de los miedos, de las preocupaciones humanas y de los sentimientos de culpabilidad, de remordimientos y de incapacidad de autoaceptación.
P- ¿Y cuáles serían esas raíces profundas?
R- Tan cierto como es el hecho de que no se puede fundir plomo en una vasija de plomo es cierto que no se pueden resolver los problemas causados por la mente desde la propia mente. Es necesario trascenderla. Creo que fue Einstein el que sentenció que un problema de conciencia no puede ser resuelto en el mismo nivel en que fue creado. Si la mente crea el sufrimiento, entonces hay que trascenderla para poder desenergetizarlo.
Por eso la verdadera ayuda psicológica significa despertar en la persona necesitada aquellas potencialidades internas de tal manera que no le haga falta más ayuda en lo adelante. Es alcanzar una disciplina de la mente en la que los papeles no sigan invertidos.
Para la persona necesitada de ayuda psicológica la mente se ha convertido en el jinete y ella en el caballo. Así, la mente la conduce hacia donde ella quiere y no puede evitar el estar ansioso, preocupado, deprimido, angustiado, miedoso, etc. Por lo tanto de lo que se trata es de poner los papeles en su lugar y que tú seas el jinete y la mente el caballo. De lo que se trata es de avivar y hacer resurgir la dimensión dormida que todos tenemos donde, a pesar del caos o la incertidumbre que haya a nuestro alrededor y que la mente perciba, podamos estar en una profunda y completa paz.
P- ¿Cuál sería, pues, la esencia de este tipo de ayuda?
R- Librarse del sufrimiento causado por la prisión mental en la que estamos constantemente residiendo. Ese sufrimiento que tenemos como acompañante eterno y que no solo amplifica las ondas que causan las enfermedades, sino que empobrece a la existencia humana y la priva del deleite de sentir la vida. La ayuda consiste pues en establecerse en esa dimensión donde verdaderamente están nuestras raíces y donde se vuelve a sentir intensamente esa sed de vivir que la mente ha eclipsado. Para poder comprender esto solo tienes que observar a los niños. Por eso, intencionalmente hemos denominado a este tipo de ayuda psicológica: "Sed de vida".
Hemos constatado que la mayoría de las personas que vienen en busca de ayuda no sienten esa sed de vida. Se hace necesario, primero, “sacudirlas” del espejismo de creer que es en el mucho pensar donde radica la felicidad y la paz que tanto anhelan. Observa, por favor, la foto adjunta a esta charla y pregúntate cuántas veces al día genuinamente te sientes así.
P- Entonces: ¿qué es lo que en realidad causa el sufrimiento humano? ¿Cómo es posible librarse de él?
R- Bueno, eso es tema de nuestra próxima conversación. Hasta ese momento, que la pases bien y que la paz sea contigo.




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