lunes, 8 de agosto de 2011

Meditación oriental


P- Aunque he comprendido lo analizado hasta este momento, en la charla anterior dijiste que hay otras cosas que necesito seguir conociendo para disciplinar a la mente. Me gustaría que hablaras sobre ellas.
R- Ante todo debes conocer que este tipo de psicoterapia que estamos aplicando se basa en la meditación oriental y pertenece a la corriente de la psicoterapia transpersonal.
P- ¿Es la meditación oriental una forma de religión?
R- Para nada. A la meditación se le ha denominado de muchas formas y muchas religiones la utilizan como herramienta para su accionar. Pero en realidad en un arte antiquísimo que trata de trascender a la mente con la intención de evitar el sufrimiento. Para la meditación oriental lo que causa la ansiedad (y recuerda que la ansiedad es la madre de todas las neurosis y del estrés), es el mucho pensar, es el uso irracional que le damos a la mente en una actitud compulsiva que no nos permite dejar de pensar y descansar existencialmente. La ciencia está señalando a esto pues se ha descubierto que el excederse en el pensar deteriora al cerebro y produce marcas que aceleran su descomposición. La meditación no solo trata de la relajación del cuerpo y de la mente; ella es, en esencia, la relajación de la vida.
Las mentes tienen apellidos: hay mentes musulmanas, hindues, cristianas; pero la vida no tiene apellidos. Las religiones están conformadas por el tipo de mente que tenemos y en el contexto en que hemos sido educados pero la vida es vida dondequiera que ella se encuentra. No la puedes encasillar, ni adjetivarla. Sencillamente es.
P- Eso es cierto. A veces hasta durmiendo estoy utilizando a mi mente y en otras ocasiones cuando quiero dejar de pensar sencillamente no puedo. ¿Es a eso a lo que te refieres?
R- Sí. Para lograr una relajación mental no solo basta con conocer los dos principios básicos de la vida comentados en las charlas anteriores y tampoco basta con practicar los ejercicios recomendados. Tienes que saber que, así como existen estos dos principios (el del desapego y el de la impermanencia), existen dos técnicas básicas de la meditación. Hay muchas formas de meditación: la meditación tántrica, la sufí, la cristiana, la yoguística, la dinámica, la trascendental, la kundalini, etc.; pero todas, de una u otra manera, utilizan estas dos técnicas. Es como un árbol con muchas ramas. Todas, a pesar de moverse relativamente independientes, tributan a un mismo tronco. Y ese tronco es precisamente los dos principios anteriormente expuestos y las dos técnicas sobre las cuales te voy a hablar.
P- ¿Y cuáles son estas dos técnicas?
R- La primera técnica se le llama "hacerse consciente". Para poder entender a grado cabal lo que te estoy comunicando es necesario tener en cuenta que aunque utilicemos palabras comunes como: consciencia, mente, etc., ellas tienen diferentes significados para la meditación oriental. Si yo te preguntara si eres consciente de que estás ahora aquí conversando conmigo o leyéndome, o si eres consciente de que eres fulano de tal y vives en tal o más cual lugar, seguramente me dirías que sí.
Ese estar consciente no es lo mismo que el estar consciente para la meditación oriental. Estar consciente desde el punto de vista meditativo es una atención plena en lo que te está sucediendo, en lo que estás haciendo o en lo que estás sintiendo. Es traer a la mente desde la dimensión en que se encuentra (y si te das cuenta la mente siempre está en el pasado o en el futuro), y ser uno solo en lo que está ocurriendo en este momento.
"Estar consciente" en meditación es estar plenamente presente en la actividad que se está realizando. Si estás en un estado de intensa presencia en lo que estás haciendo, verás que estarás libre de pensamientos. Vas a estar quieto, pero sin embargo muy alerta. En el momento en que tu nivel de presencia en lo que haces decae, la mente con su torbellino de pensamientos se apresura a aparecer. El ruido mental surge, la paz interior se pierde y vuelves a las dimensiones temporales del pasado o del futuro.
Se cuenta que en el Oriente, los maestros Zen para comprobar si sus discípulos estaban meditando se les acercaban sigilosamente desde atrás y los golpeaban súbitamente con un bastón. Si el estudiante estaba completamente presente y consciente, notaba la llegada del maestro desde atrás y lo detenía o se apartaba. Pero si se dejaba golpear, eso significaba que estaba absorto en sus pensamientos, es decir estaba ausente y totalmente inconsciente. Por ende, es esencial que introduzcas más presencia y conciencia en tu vida diaria, aún cuando no sientas ni tensión ni desasosiego. De esta manera sin darte cuenta irá acrecentándose en ti el poder de estar en el presente y disciplinarás a tu mente para que así lo haga. El hacerse consciente recibe muchos nombres en este mundo de la meditación: unos le llaman atención plena, otros; el estar aquí y ahora, otros le llaman estar alineados con el presente, con lo que es, etc. Sin embargo la esencia es la misma.
P- ¿Es por eso que el primer ejercicio que me recomendaste, el de la respiración, me resultó tan relajante?
R- Exactamente. Al hacerte consciente de cómo respiras, observando la impermanencia de la respiración la mente como que se detiene, le das un descanso. Cuando estás alerta de cómo el aire entra y cómo sale, de cómo entra y cómo sale-, la mente no puede pensar. Esta es una ley: en el presente la mente no puede pensar. Ella necesita del pasado o del futuro. Por eso cuando estás plenamente consciente la mente se queda en silencio.
Como ves no se trata de que seas un sufí, budista, hindú, cristiano o musulmán. Si profundizas en estar consciente de lo qué estás haciendo, llegarás a la conclusión de que sólo hay una cuestión esencial: cómo desautomatizarse, porque en realidad actuamos como autómatas todo el tiempo. Estás comiendo y no eres consciente de que estás comiendo. Te estás bañando y tampoco eres consciente de que te estás bañando. Estás realizando todas estas actividades y casi siempre estás con la mente en otra parte. Estar consciente significa que si estás comiendo eres consciente de eso. Es decir; estás sintiendo la posición de tu mano en el espacio y cómo llevas la cuchara a la boca, sientes cada sabor de cada alimento que contiene el bocado de comida que estás degustando, estás atento a tu posición espacial, etc. Gandhi decía que cuando meditas comiendo tienes que masticar como si estuvieras bebiendo y beber como si estuvieras masticando, ¿entiendes?
Cuando te bañas, estar consciente o en estado meditativo, es sentir el contacto del jabón con la piel, sentir su textura, sentir la temperatura del agua cuando cae por tu cuerpo, etc. Cuando caminas es sentir todos los músculos del cuerpo que participan en el acto de caminar, la posición de las piernas en el espacio, etc.
Y sentir no es lo mismo que racionalizar. Por ejemplo; si yo te aprieto la mano y te pregunto: ¿qué estás sintiendo? Y tú me respondes: Un apretón de manos; entonces no estás sintiendo, sino que estás racionalizando. Sin embargo si me respondes que estás sintiendo presión, entonces eso sí es sentir: ¿comprendes la diferencia?
P- Siguiendo a la esencia de esta técnica tengo que concluir que la mayoría de las veces no estoy consciente de lo que hago.
R- ¡Claro!, la mayoría de las veces lo que tenemos es el piloto automático encendido y estamos como dormidos. Esto para la meditación oriental es estar inconsciente. De hecho, te puedes pasar toda una vida dormido, inconsciente, sin disfrutarla, pues nunca estás consciente de lo qué está ocurriendo, ni de lo que estás sintiendo. Ten presente que cuanto más consciencia introduzcas en tu vida, más descanso le darás a la mente y mucho más disfrutarás de lo que haces. Por eso Buda decía: «Cuando estés comiendo, simplemente come; cuando estés caminando, simplemente camina».
P- ¿Y existen ejercicios para ganar en consciencia?
R- Desde luego. Hoy te brindaré uno de ellos. En próximas charlas te iré dando más. Pero por ahora te sugiero que practiques éste durante toda esta semana y en el próximo encuentro me platiques cómo te fue. ¿De acuerdo?
La esencia de este ejercicio consiste en estar plenamente consciente de las sensaciones momento a momento. Para esto no necesitas estar en una habitación en silencio, ni en una posición determinada, ni dedicarle un tiempo establecido. Cualquier lugar, cualquier momento y cualquier actividad que hagas pueden servir. Solo tienes que preguntarte constantemente: "¿Dónde estoy?" y cambiar tu mente de pensamientos a sensaciones. Siempre que te des cuenta que la mente ha vuelto al mundo de los pensamientos, tráela enseguida a cualquier sensación inmediata que estés experimentado, por trivial que sea.
Para terminar por hoy quisiera regalarte un cuento.
Un hombre se acercó a un sabio anciano y le dijo, "Me han dicho que tu eres sabio.....Dime algo que haces que te lleva a serlo".
El anciano le contestó: "Como cuando como, duermo cuando duermo, y hablo contigo cuando hablo contigo"
"Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio"; le contestó el hombre.
"Yo no lo veo así", le replicó el anciano, "pues cuando duermes, estás pensando en los problemas que tuviste durante el día o podrás tener cuando te levantes. Cuando comes estás pensando en lo que vas a hacer luego o qué comerás al día siguiente, y cuando hablas conmigo estás pensando en qué preguntarme o responderme antes de que yo termine".
El anciano concluyó; "El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada minuto del milagro de la vida".
Que la pases bien y que la paz sea contigo.

1 comentario:

  1. Muy buen articulo, me gustaría saber más de este tema, me gusta la meditación practico relajación tipo Jacobson sobre todo, a veces busco audios de relajación, ¿Podrías poner más?. Me gusta meditar y lo necesito.
    Mina.

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